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La educación matemática en el Perú, tiene muchos retos, ya sea en su desarrollo teórico y aportes a la disciplina, o en relación con la práctica y su organización en tanto comunidad científica. Así, los contextos prioritarios para investigar están relacionados con la educación media general, formación inicial y continua de los docentes de matemática, y de formación para ingenieros y técnicos superiores.
Para ello deben utilizarse las nuevas
tendencias de investigación en didáctica de las matemáticas, e incluso en
algunos temas precisos en el proceso E-A de la matemática.
En relación con el avance de la comunidad
científica en educación matemática, su desarrollo debería sustentarse en la
investigación, los estudios de posgrado, las publicaciones, los eventos y las
organizaciones. Estos cinco componentes deberían funcionar de manera sistémica,
a partir de una dinámica e interacción que les permita fortalecerse de manera
recíproca (Beyer, 2013).
Otro componente necesario así lo propone Beyer (2013), consiste
en incentivar que la investigación se transforme en investigación-acción; es
decir, que deje de ser pasiva y, más allá de difundirse en publicaciones
especiales y en eventos, se convierta en palanca de acción para las políticas
educativas de los ministerios y entes encargados de la educación en el país.
Es de gran relevancia, las tecnologías de
aprendizaje de matemática, para las necesidades actuales de los
alumnos en una amplia gama de entornos matemáticos; pues, estas tecnologías se
definen por tres características: Un diseño y modelo de usuario centrado en el
alumno; una disposición abierta hacia la estructura de la actividad, y una
aplicación innovadora de la tecnología a las representaciones y prácticas
matemáticas.
Una narrativa construida a través de
diversos resultados de investigación, sugiere
que tales tecnologías
no solo son
efectivas en su impacto
sobre el rendimiento
de los alumnos,
sino que también
pueden ser más efectivas que muchos otros tipos de tecnologías
educativas.
Se recomienda que, los responsables de las políticas educativas del Estado peruano, se focalicen en el desarrollo profesional de los docentes (en matemática y pedagogía, más que en tecnología) y las implementaciones incrementales por etapas como elementos importantes para una adopción a escala y bien gestionadas.
Porque, el éxito de una investigación depende de la calidad de la gente que la hace y del grado en que recibe apoyo sostenido por parte de la sociedad; en otras palabras, requiere capital paciente. El próximo milenio nos traerá una serie de cuestiones de contexto que supondrán retos tan importantes como los propios problemas de investigación que queremos resolver.
Nos preguntamos: ¿Cómo podemos atraer a
los mejores jóvenes talentos hacia las matemáticas? El último medio siglo ha
sido testigo de una significativa evolución. Durante la Segunda Guerra Mundial,
la investigación científica se hizo tan importante para la sociedad como fascinante
para los investigadores; sin embargo, el final de siglo ha decaído en muchos
países.
Las Matemáticas y la Ciencia, han perdido importancia para la sociedad y no ofrecen ahora oportunidades profesionales atractivas. Tanto en los países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo, muchos estudiantes brillantes, que en otros tiempos hubieran escogido carreras en Matemáticas, eligen ahora otras carreras, donde el futuro les parece más prometedor. Es irónico, que el interés de los estudiantes esté en un punto tan bajo, cuando nunca antes las oportunidades profesionales para los matemáticos han sido tantas y tan diversas.
La primera
razón, responsable del desinterés de los estudiantes; es que, no comunicamos una
imagen completa de las Matemáticas como una disciplina en la que uno puede
escoger entre una amplia gama de carreras, que ofrecen a la vez retos y
gratificación intelectual.
Quienes en mejor posición se hallan para
poder transmitir este atractivo son, sin duda, los profesores de Secundaria, los
de Universidad y también, los antiguos estudiantes. La comunidad matemática, por consiguiente, se
enfrenta a un reto crítico: propiciar una mayor interacción a todos los niveles
desde la educación hasta la práctica profesional y ampliar los canales de
comunicación con los estudiantes que en su momento nos han de reemplazar y continuar
nuestro trabajo en el siguiente MILENIO.
Por supuesto que los matemáticos entienden
y valoran su propio trabajo, pero mucha gente en la administración, las
empresas, e incluso, en educación no son partícipes de este aprecio. Para que
la investigación que desarrollan en las universidades sea financiada con fondos
públicos es perentorio que los matemáticos le presenten a la sociedad una
imagen más vívida de esa investigación y de su poder para profundizar en
nuestro conocimiento y mejorar nuestra calidad de vida. No podemos permanecer
impasibles ante las necesidades de la sociedad y continuar trabajando en un
solo rumbo, con objetivos definidos y de obligatorio cumplimiento por parte del
Estado y los que asuman el gobierno; porque, la cultura del próximo milenio,
será interactiva y participativa.
Los matemáticos no pueden dejar pasar la oportunidad de no sólo colaborar con otros matemáticos y científicos, sino de, acercarse a la comunidad en su conjunto; porque, están particularmente capacitados para articular el poder que las Matemáticas, la cual permite promover el uso de poderosas herramientas para la economía, para la mejora de la eficacia, y para explorar las pautas y las verdades del mundo en que vivimos. Las Matemáticas, pierden cuando se aíslan o se fragmentan ajustándose a compartimentos disciplinares.
Las misiones primordiales del mundo
académico y de la industria, son radicalmente diferentes; sin embargo, las dos
culturas tienen mucho que aprender la una de la otra y podrían beneficiarse si
colaborasen. En general, la actividad científica sólo puede funcionar a plena
potencia cuando los conocimientos fluyan sin tardanza entre los creadores y los
usuarios de las matemáticas.
La globalización, la interdisciplinaridad y la apertura de la actividad matemática son tendencias nuevas y potentes; por ello, como profesores del área de matemática, nos planteamos dos objetivos ahora que entramos a portas de un nuevo milenio.
PRIMERO:
Ser capaces de mantener la tradicional fortaleza de nuestra
investigación básica, que es semillero de nuevas ideas y nuevas aplicaciones.
SEGUNDO: Ampliar nuestro contacto con el
mundo que está más allá de la Ciencia.
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